martes, 20 de diciembre de 2011

EL REY MAGO DE MI PADRE


Cambiando de Tema
                                                                          
                        
El Rey Mago de mi Padre
Versión del Guión Radial de  Isabelita Herrera

Quizás porque este hombre fue, en cierto modo, el Rey  Mago de mi padre,  ese niño pobre al que le regaló su primer y único juguete, Alfonso Hernández Catá,  es hace mucho tiempo, una figura especial  y querida para mí. Él lo describía, desde sus recuerdos infantiles,  como un hombre recto, elegante, educadísimo y sobre todo amable y cariñoso con él, sin llegar a extremos, pero haciéndole sentir que le importaba.  Aún si obviáramos al tremendo ser humano que era, este cubano, como él mismo se proclamaba,  fue un magnífico escritor y alcanzó sus más altos logros como cuentista. Hernández Catá vino al mundo el 24 de junio de mil 885 en Aldeávila de la Ribera, en Salamanca, España. Nació allí porque Ildefonso Hernández, su padre,  teniente Coronel del ejército español destacado en Santiago de Cuba,  quiso que su primer hijo varón naciera en la tierra de sus ancestros

Muchos años después  de su nacimiento Alfonso Hernández Catá acostumbraba a decir a periodistas e investigadores, un poco en broma, un poco en serio, que era santiaguero de nacimiento, pero lo cierto es que vino a Cuba poco después de nacer, y en la ciudad oriental vivó  su infancia y parte de su adolescencia. 

Ya Alfonso Hernández Catá entraba en su primera juventud, cuando  su madre, la cubana doña Emelina Catá,  lo envió a España  a estudiar en el Colegio Militar de Toledo, para seguir la huella paterna, pero allí no duraría mucho.  Él mismo contaría después que escapó un día y llegó a la capital española, donde daría un giro a su vida integrándose a la  “bohemia literaria” madrileña.  Buena parte de su obra la escribió en España ―y en otros lugares de Europa―, y sin embargo  es,  con mucho, un escritor cubano.  Al menos,  él mismo se preciaba de serlo.

En la iglesia madrileña de San José,  Alfonso Hernández Catá se casó con Mercedes Galt, entonces  vino para La Habana y aquí se estableció.  En La Habana,  escribió para El Diario de la Marina y La Discusión.  Ya  en  mil 907 ―en Madrid― había publicado Cuentos Pasionales, con bastante éxito de crítica y público.  Era ya el prestigioso escritor  Don Alfonso y andaba en los círculos literarios cubanos.  Entonces entró en la carrera consular, en mil 909,  y va a Le Havre,  y también  hacia otras ciudades europeas como   París, Birmingham, Santander...   En Madrid llega a ser cónsul de primera clase y años más tarde es embajador en varios países latinoamericanos. 

Muchos estudiosos de su vida han insistido en la obsesión de Hernández Catá por la Muerte, tema reiterado en sus obras y que exhibe su ex – libris: “apasionadamente hacia la muerte…”.  Al respecto un testimonio de Mariblanca Sabas Alomá plantea estas palabras de Hernández Catá: “Debe ser bello  morir bien lejos de la tierra,  en el aire o en el mar, pero, sobre todo, en el aire, y, mejor aún, en el aire sobre el mar.  ¡Los bohemios, los artistas y los poetas debiéramos morir en las capas celestes, cerca de un Dios en el cual casi nunca creemos, pero que nos suministra un bello pretexto para elevarnos hasta él!... Hay una página muy bella de d' Annunzio, que Berta Singerman interpreta magistralmente:   es "El vuelo del Ardea".  Morir en cama es una lata…"  Alfonso Hernández Catá muere, en Río de Janeiro,   en fatal accidente de aviación,  el 8 de noviembre de mil 940.  En el funeral, el famoso escritor y biógrafo austriaco Stephan Zweig despidió el duelo ante un numeroso grupo de intelectuales.

Alfonso Hernández Catá escribió casi toda su obra en el extranjero, eso es tan cierto,  como que en buena parte de su obra aparece la “preocupación cubana”.  Siempre se habla de sus novelas,  de su teatro y sus narraciones cortas, pero como cuentista alcanzó los brillos más altos en la literatura.  Su cuento “Mandé quinina”, uno de los más conocidos, dicen que tiene mucho de autobiográfico. Otro cuento que no puedo olvidar es “Don Cayetano el Informal”.   Algunos le reconocen influencia de “Clarín”, pero la mayoría de los estudiosos lo ven “técnicamente” más cerca de Kippling, Maupassant, Conrad o  Maugham.  Todos señalan la riqueza de su léxico, y el colorido y elegancia de sus imágenes.

De Alfonso Hernández Catá se ha dicho que “dentro de las letras de habla española  es uno de los que con mayor interés y cuidado ha trabajado sobre problemas psicopatológicos.  Se le atribuye una genuina prosa modernista.  El intelectual cubano Juan Marinello dijo que  “La Muerte Nueva” fue su mejor obra, otros afirmaron que en sus novelas se veía más al dramaturgo que al novelista.

La lista de su producción no es corta: Manicomio ―libro de cuentos―. En su novela erótica encontramos,  El Ángel de Sodoma, Piedra Preciosa, Pelayo González.  También los títulos,  La Juventud de Aurelio Zaldívar, el Laberinto, La Piel...  A su muerte, su albacea literario, el Dr. Antonio Barreras instituyó un premio literario ―nacional  e internacional― que subvencionó de su peculio,  y que durante muchos años se dedicó a destacar la obra de cuentistas merecedores de reconocimientos.  Entre ellos obtuvieron este premio,   Lino Novás Calvo, Félix Pita Rodríguez, Dora Alonso y  Onelio Jorge Cardoso por solo mencionar algunos.  Alfonso Hernández Catá dejó para el caudal de la cultura nacional una buena semilla que germinó en la obra literaria de numerosos autores cubanos.


Fuentes:            -  Carta de Joaquín García Monge director de la revista Repertorio Americano.
-          Estudios y opiniones de notables intelectuales, tanto cubanos como extranjeros -Jorge Mañach, Agustín Acosta, Salvador Bueno, Luis Rodríguez Embil, Rafael Esténger, Luis Amado-Blanco, José María Chacón y Calvo, Wenceslao Fernández Flores, José Garzía Mercadal, Guillermo Frankovich
-          Memoria de Alfonso Hernández-Catá (1953,1954), revista-homenaje fundada por Antonio Barreras.
-          Josefina Ortega Un cuentista de alto vuelo.
-          Archivo Familiar.
-          Publicaciones de la época.
-          Obra de Alfonso Hernández Catá.                                  
.
Si deseas escuchar este u otros temas interesantes, puedes sintonizar el espacio “Cambiando de Tema” por las frecuencias de Radio Ciudad de la Habana, en los 8,20 AM o los 94,9 de la FM.
De lunes a viernes desde las 23:30 a las 23: 55,  hora de Cuba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario